domingo, 27 de abril de 2014

20 años sin "Magic": Tributo a Ayrton Senna

Buenas amigos. El próximo día 1 de mayo será un día muy especial porque se cumplirán veinte años del fallecimiento del tricampeón del mundo Ayrton Senna da Silva, sin duda uno de los mejores pilotos de todos los tiempos y de los más valorados por todo el mundo. Por ello desde aquí queremos aprovechar la ocasión para rendir homenaje al piloto brasileño recordando su exitosa trayectoria que fue trágicamente frenada hace ya 20 años. Rememoremos la vida del auténtico "Magic".


Nacido en Sao Paulo el 21 de marzo de 1960, hijo de Milton da Silva y Neide Senna y con dos hermanos, Viviane y Leonardo, tuvo la fortuna de criarse en una familia adinerada, bastante por encima de la media del país lo cual le ayudaría a financiar su posterior carrera deportiva. Fue su padre Milton quien desde pequeño le inculcó la pasión por los coches y las carreras y le construyó su primer kart con el que jugaba desde muy pequeño. Compitió por primera vez a los 13 años de edad y en su primera carrera logró la pole position. Sería el campeón sudamericano en 1977 y daría el salto al campeonato del mundo en 1978 donde compitió 5 temporadas, siendo subcampeón del mundo en dos ocasiones. Fue entonces cuando emigró a Inglaterra para competir en monoplazas, usando su apellido materno puesto que el apellido da Silva era muy común en Brasil. Competiría en la Formula Ford 1.6 en 1981 para dar el salto a la 2.0 en 1982. Por aquel entonces su estilo de pilotaje no dejó a nadie indiferente aunque los grandes éxitos llegaron al año siguiente, en 1983, donde vencería la Formula 3 británica con el equipo de Eddie Jordan y redondearía la temporada con una gran victoria en Macau, la primera vez que dicha carrera se realizaba con coches de tipo Formula 3. Esa temporada le abrió las puertas de la Formula 1.


Sin embargo Ayrton no entró por la puerta grande, el modesto equipo Toleman fue quien dio la primera oportunidad al piloto brasileño de entrar en Formula 1, dicho equipo solamente había sido 9º en el mundial anterior gracias a un gran final de temporada de Derek Warwick luego las expectativas para el mundial 1984 no eran optimistas. No obstante Senna sorprendió a todos desde el principio, después de un debut desafortunado en su Brasil natal Ayrton logró puntuar en las dos carreras siguientes, en Sudáfrica y Bélgica con sendos sextos puestos (recordad que por aquel entonces solo puntuaban los seis primeros luego puntuar era mucho más meritorio que ahora). El día de la revelación del piloto brasileño sería el 3 de junio con motivo del Gran Premio de Mónaco. El puesto decimotercero en parrilla ni de lejos hacía presagiar lo que se iba a ver el domingo en condiciones de mojado, ese día Ayrton demostró ser uno de los mayores maestros sobre pista mojada. A pesar de la inferioridad de su coche el piloto brasileño progresaba y adelantaba a pilotos con coches mucho mejores que el suyo como Keke Rosberg o Niki Lauda. En carreras como esa se ganó su apodo de "Magic". Con Senna segundo y dando caza a Alain Prost, el líder de la carrera, se sacó la bandera roja con oscuras intenciones de evitar que Prost perdiese la victoria puesto que Senna le estaba alcanzando, el piloto brasileño lograba subirse al podium por primera vez.
El extra de motivación que dio ese resultado al equipo ayudó a que el nuevo chasis de Toleman, el TG184, fuese mucho más competitivo que su predecesor. Con él Ayrton lograría repetir podio en dos ocasiones más y en condiciones normales, sería tercero en Silverstone y Estoril, reforzando los hechos de que era un piloto con un enorme talento.
Peter Warr, entonces patrón de Lotus, decidió fichar a Senna para la temporada 1985 en sustitución de Nigel Mansell con un enfado importante con el jefe por hechos como el de Mónaco, cuando el piloto británico iba líder en solitario de aquella famosa carrera y se estrelló en la subida hacia Casino. La apuesta del británico daría sus frutos muy pronto.


En su segunda carrera con Lotus, en Estoril, la lluvia hacía acto de presencia, con un coche mucho mejor que en aquel Gran Premio de Mónaco Ayrton Senna dio toda una lección de pilotaje bajo la lluvia llevándose la primera victoria de su trayectoria. El piloto brasileño se quedaría en Lotus otros dos años más, hasta 1987, tiempo en el que lograría 5 victorias más: Bélgica 85, España y Detroit 86 y Mónaco y Detroit 87. Senna ya había demostrado de lo que era capaz con un coche competente pero necesitaba algo más, un coche campeón. La oportunidad apareció en 1988 cuando Ron Dennis le ofreció un asiento en McLaren para 1988. Con la llegada del motor Honda al equipo británico aquel año se forjó uno de los trinomios más fuertes de la historia de la Formula 1: McLaren + Senna + Honda.
El problema estuvo en el compañero de equipo, sería el piloto francés Alain Prost, entonces bicampeón del mundo, que llevaba en McLaren ya muchos años y seguro que no le sentaría nada bien la llegada de un piloto jóven y ambicioso como Senna. Aquella relación estaba predestinada a acabar muy mal.


Ese McLaren MP4-4 con el motor Honda turboalimentado sería uno de los coches más dominadores de la historia. Ya desde la primera carrera donde Senna lograba la pole position, en su Brasil natal, aunque esa carrera no fue lo que Ayrton deseaba. Su coche le dejó tirado en la salida teniendo que coger el coche reserva y salir desde boxes. Tras una remontada increíble le sacaron la bandera negra cuando iba cuarto, el coche reserva no se podía coger con el primer coche en parrilla. Si no se la sacaron antes fue para no privar del espectáculo a todo el mundo. A Senna le dolió mucho aquello, más aún porque ganó su compañero Prost. Ayrton demostró una velocidad impresionante durante toda la temporada pero también le faltó la madurez necesaria para ganar ciertas carreras como la de Mónaco, donde iba líder en solitario y se empeñó en batir la vuelta rápida de Prost solo para estrellarse contra los muros monegascos y perder una carrera que tenía ganada. Aún así si no pasaba nada normalmente Senna ganaba la carrera. Aquel año McLaren ganó 15 de las 16 carreras posibles. Solo fallaron en Monza donde Prost rompió motor y Senna fue sacado de pista por Schlesser, piloto doblado que curiosamente solo compitió en esa carrera en toda su trayectoria en Formula 1. Aquel día ganaron los Ferrari, poco después del fallecimiento de Enzo Ferrari haciendo aquel día muy emotivo. Senna tendría bola de partido en Japón, a dos carreras del final de la temporada. Si ganaba era campeón. La pole position era muy habitual en Ayrton, dado un piloto con su enorme capacidad para llevar el coche al límite, pero todo se torció en la salida donde caló su coche. Por suerte pudo reincorporarse a la carrera, para hacer una remontada enorme que le llevaría incluso a batir a Prost adelantándole en la pista y proclamándose campeón del mundo con todos los honores.
Hay que decir que por aquel entonces solo contaban los 11 mejores resultados para el mundial luego cada piloto podía descartar cinco resultados. Sin esta norma Prost habría sido campeón puesto que fue mucho más regular que Ayrton, con 14 podiums de 16 posibles.


En 1989 fue cuando se forjaría la rivalidad entre los compañeros de equipo, la cual estudiamos en nuestra última entrada histórica (si queréis saber más la podéis ver aquí). Con una relación con Prost rota Senna seguía mostrándose similar a la temporada anterior. McLaren seguía teniendo un coche claramente superior al resto pero la tensión interna hizo que ambos pilotos diesen más oportunidades de lo normal al resto, en especial en aquel famoso final de temporada en el que los dos pilotos chocaron en Suzuka en pugna por el mundial. La sanción posterior a Senna fue absurda ya que a lo largo de la historia el retorno a pista con ayuda externa se ha sancionado o no en función del piloto al que se ha ayudado. El propio Ayrton sabía perfectamente que la política estaba demasiado presente en el campeonato del mundo y por aquel entonces tenía que ganar Prost sí o sí del mismo modo que otros pilotos también se han visto favorecidos a lo largo de la historia. La relación de Senna con el presidente de la FIA, Jean-Marie Balestre era esperpéntica, los que hayáis visto la película de Senna lo sabréis y si no la habéis visto qué mejor entrada que esta para recomendárosla. En especial esta temporada 1989 la cuentan mucho mejor que lo que yo os podría explicar con mil palabras. El desenlace es por todos conocido, con Prost abandonando el equipo por la puerta de atrás prefiriendo irse a Ferrari aun a sabiendas de que no le darían un coche tan competitivo. Es entonces cuando la alianza Senna-McLaren se torna imbatible.


Con Gerhard Berger como nuevo compañero de equipo se demostró que si el segundo piloto lo es como tal y asume su rol correctamente un equipo funciona a las mil maravillas. El McLaren ya no era un coche tan superior en aquel 1990, lo cual no impidió a Senna liderar el mundial a mitad de temporada a pesar de que Ferrari y Williams estaban más cerca de lo esperado. Todo se volvió a decidir en Suzuka, carrera en la que Prost debía quedar por delante de Senna para mantenerse con opciones en Adelaida. La pole de Senna cualquiera podría haberla vaticinado aunque la enésima decisión de los comisarios deportivos en perjuicio de Senna no fue tan fácil de ver venir. Aquel domingo se invirtieron los lados de la parrilla, ubicando a la pole position en el interior de la primera curva lo cual no se hace así, la parrilla se forma con la pole en el exterior de la curva 1 o si la parrilla es en curva como en Mónaco se sitúa en el interior. Esto enfadó muchísimo a Senna que declaró que no dejaría que Prost ganase así y que si se ponía delante de él en la primera curva se lo llevaría puesto. Ayrton cumplió su promesa y se proclamó campeón, a sabiendas de que los comisarios no podían hacer nada porque otra acción contra él mancharía mucho la imagen de la Formula 1, en verdad si no hubiese pasado nada en el 89 pues no hubiera habido ningún problema.


La temporada 1991 vio el mayor dominio de un mundial por parte de Ayrton Senna. Ferrari había decepcionado con su nuevo coche lo cual dejó a Prost sin ninguna opción desde el principio, quien se iría enfadado a final de temporada comparando su coche con un tractor. Los Williams eran los únicos que podían impedir a Senna y McLaren la triple corona aunque con Mansell como primer piloto esto no sería tan fácil. En las primeras cuatro carreras Senna arrasó con todos, pleno de poles y victorias mientras que Mansell abandonaría las primeras tres de manera consecutiva salvando un segundo puesto en Mónaco. El mundial volvería a decidirse en Suzuka, por cuarto año consecutivo. En esta ocasión Mansell tenía que ganar y Senna que abandonar, prácticamente fue lo contrario. Mansell se salió de pista cuando justamente trataba de forzar una salida de pista de Senna. Ayrton lo tenía todo para ganar la carrera y el mundial pero en un acto de humildad muy bonito decidió levantar en la última vuelta y dejar ganar a su compañero de equipo Berger, ganando el mundial y la admiración de la afición.


La hegemonía de McLaren tuvo fecha de caducidad y fue en la temporada 1992, donde los Williams con su revolucionaria suspensión activa arrasaron dando su único título mundial a Nigel Mansell, lo cual no impediría a Senna realizar grandes gestas como la de Mónaco en uno de los finales de carrera más recordados por los aficionados con Mansell poniendo una presión enorme sobre Senna y con el brasileño aguantando el tipo para ganar en las calles del Principado. Ayrton demostró en aquel año que también era capaz de sacar petróleo a coches con problemas. Terminaría cuarto el mundial por detrás de los Williams de Mansell y Patrese así como tras un recién llegado Michael Schumacher que comenzaba a despuntar con su Benetton.
La temporada 1993 traería un cambio en McLaren con la llegada de los motores Ford V8 recortando un poco las distancias con los todopoderosos Williams, muy por delante de todos modos. Senna volvería a sacar petróleo de un coche que no estaba para ganar carreras. Llegaría incluso a plantar cara en el inicio de temporada a un Prost que volvía con Williams tras un año sabático aunque a largo plazo se impondría el mejor coche no sin dejar ver la maestría de Senna en condiciones de mojado en una nueva ocasión, en el Gran Premio de Europa disputado en Donington con una de las mejores primeras vueltas de la historia adelantando a cinco coches y poniéndose con ello líder de la carrera. En la última carrera del año en Adelaida, Prost era campeón y Senna ganaba la carrera. El piloto brasileño volvería a tener un gesto fantástico con quien fue su gran enemigo en McLaren, levantándole el brazo y llevándole con él al primer escalón del podium felicitándole por su cuarto título mundial, sabiendo olvidar todas sus peleas años atrás y dejando una imagen de cara a la galería increíble.
Aquel momento también fue muy difícil para la Formula 1 puesto que de los tres grandes pilotos que eran más apreciados por la afición dos se iban, Mansell emigraba a Estados Unidos y Prost se retiraba definitivamente. Para la afición solo quedaría Senna y además en 1994 fichaba por Williams lo que auguraba un nuevo trinomio dominante en la Formula 1: Senna + Williams + Renault.


No sería así, con una revolución en el reglamento técnico gran parte de la electrónica quedaba anulada, eliminando la gran ventaja de Williams. Esto unido a un chasis muy al límite cortesía de Adrian Newey (no podía ser otro) hacía que Senna estuviese muy incómodo. Decía que era excesivamente estrecho y que era incapaz de conducir con total libertad. Esto le pasó factura en el primer Gran Premio en Brasil donde a pesar de lograr su enésima pole position sucumbía ante su propio coche y abandonaba con un trompo cuando rodaba segundo tratando de seguir al muy polémico Benetton de Schumacher.
Tras repetir pole en Aida esta vez Senna no pasaba de la primera curva al ser sacado de pista por el McLaren de Mika Hakkinen. Schumacher ganaba de nuevo lo cual hacía que Senna estuviese obligado a ganar en Imola, en San Marino, para no perder del todo el tren del mundial. Todos sabemos lo que pasó aquel fin de semana, la tragedia dejó a todo el mundo sin palabras, por ello no hablaré de aquellos sucesos.
Cerraré esta entrada recordando también al gran olvidado, al piloto austríaco Roland Ratzenberger que también perdía la vida aquel fin de semana en las clasificaciones aunque no se le recuerda porque al día siguiente se nos fue uno de los pilotos más grandes de todos los tiempos. Descansen en paz, siempre serán recordados, en especial por la afición de la Formula 1:




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