Hola a todos.
Primero de todo, como habéis podido comprobar los seguidores de este blog en los últimos años, he estado bastante desaparecido, dada mi gran decepción con lo que había sido una de mis principales aficiones en los buenos tiempos de este blog, la Fórmula 1. Por lo tanto, el hecho de que esté escribiendo esta entrada, indica que estoy siendo oportunista por algún motivo. Sí, lo soy. Pero esto no quita que los tristes hechos acontecidos el pasado fin de semana en la carrera de Fórmula 2 hayan sido causados por uno de los grandes problemas que tienen los circuitos modernos y que tanto he criticado, visto lo visto, con razón. El problema es el abuso de las escapatorias de asfalto.
Para quien no esté al corriente de lo ocurrido, el pasado sábado, en la carrera de Fórmula 2 (la antigüa GP2), hubo un terrible accidente en el Raidillon, tras la subida de Eau Rouge. Inicialmente, un piloto perdió el control y se estrelló a la derecha, en un accidente, si bien fuerte, relativamente frecuente. Muy similar al que tuvo por ejemplo Fisichella en la carrera del 2005, o el propio Villeneuve en el 1998 y en el 1999. La única diferencia fue que el coche no se quedó en las barreras de protección, sino que volvió por inercia hacia el interior, a poca velocidad, sin llegar a entrar en la pista, pero quedándose en medio de la escapatoria. El accidente realmente grave vendría en este momento. Otro piloto, con la intención de evitar a un piloto que rodaba particularmente lento, se salió por el exterior en el Raidillon, a toda velocidad, sin ser consciente de que había un coche accidentado en esa misma escapatoria. Sin tiempo para frenar, le embistió con una fuerza tremenda, ya que él rodaba a unos 200 km/h, y el coche accidentado estaba casi parado. El golpe fue tan brutal que el coche que se había accidentado inicialmente se partió en dos, recibiendo el habitáculo una gran parte de la fuerza del impacto. El otro vehículo acabó con la parte delantera totalmente destrozada, de forma muy similar al accidente que tuvo Kubica en 2007, llegándose a ver incluso los pies del piloto por el frontal.
Las consecuencias de este accidente, lamentablemente, fueron trágicas, ya que el piloto que fue embestido, Anthoine Hubert, falleció pocas horas después, sucumbiendo a las graves lesiones que le causó el accidente. El piloto del otro vehículo, Juan Manuel Correa, también ha sufrido lesiones de gravedad, particularmente en las dos piernas, pero por ahora su vida se encuentra a salvo.
Lo que quiero dejar claro es que todo esto no habría ocurrido con una escapatoria de gravilla de las de toda la vida. Uno de los peligros de las escapatorias de asfalto es precisamente lo que ha ocurrido. Al ser una zona perfectamente transitable por los vehículos, los pilotos la pueden entender como parte de la pista, y aprovecharse de ella para obtener un beneficio. Lo que no puede ser es que una zona del circuito que no debería de utilizarse para competir sea una zona por donde un piloto pueda pasar a fondo sin ningún problema. Porque la pueden utilizar de forma instintiva para ganar tiempo. Si la escapatoria del Raidillon es de gravilla, entonces pasan dos cosas que hacen que el accidente que ha habido sea imposible:
1) Hubert no vuelve hacia el interior de la pista de ninguna manera. Se sale y se queda en las protecciones, incluso impactando a menor velocidad, ya que la gravilla te frena.
2) A Correa no se le ocurre ni en sueños salirse a la gravilla para evitar un coche rodando lento. Ahí no le hubiera quedado más remedio que frenar para evitar al otro coche.
A la hora de afrontar una situación de peligro, los pilotos a veces tienen una reacción instintiva que puede ser muy peligrosa, que es la de girar para evitar el peligro. Esto me lo explicó mi profesora de autoescuela en su día, cuando en una clase práctica, hice una maniobra para evitar a un coche que se había saltado un ceda al paso. Me dejó muy claro que, ante esa situación, no se evade el peligro, sino que se frena con la mayor anticipación posible, y la evasión no se realiza hasta estar seguros de que la podemos realizar sin poner en peligro a nadie. Ahora bien, yo puedo entender que en una carrera de coches tú busques perder el mínimo tiempo posible ante una situación de este estilo. Eso lo entiendo, Pero si la escapatoria es de gravilla, no te queda más remedio que aplicar lo que te enseñan en las autoescuelas, que es reducir la velocidad, lo cual siempre reduce el riesgo de cualquier impacto.
Entonces, ¿por qué esta moda de asfaltar las escapatorias en la mayoría de los circuitos del mundo? ¿Son más seguras que las escapatorias de gravilla? La única ventaja que aporta el asfalto frente a la gravilla es que el piloto tiene más control cuando se sale. ¿Evita esto algunos accidentes? Algunos sí, pero no todos. Si vienes ya sin control desde la pista, poco puedes hacer. Estás a merced de la inercia. O dicho de otra manera, del azar, que te puede poner en cualquier punto de la escapatoria. Y entonces esto se convierte en una ruleta rusa, donde la mayoría de las veces no pasa nada. Pero a veces, como pasó en Spa, pasa. ¿Que las probabilidades de un golpe como ese son muy bajas? Sí. Lo que paso ha sido un cúmulo de muy mala suerte y muchos factores a la vez. Pero pasó. Y lo malo de todo esto es que era evitable.
Las escapatorias de gravilla tienen el inconveniente de que, cuando te metes en ellas, tus probabilidades de salir son muy bajas. Pero tienen la ventaja de que te frenan. Puede que tengan una fricción menor que el asfalto, pero te sacan hacia el exterior, y te apartan de la pista. Su inconveniente es que el coche acaba contra el muro en más ocasiones. Sin embargo, estos accidentes raramente han supuesto siquera una lesión de importancia al piloto. Más aún desde que se han implementado mejoras en las barreras de protección, que absorben una parte notable de la energía del impacto. Y sobre todo, el coche nunca va a retornar de vuelta a la pista, ni a quedarse en una zona peligrosa para el resto de pilotos.
Al final, ¿a quién favorecen las escapatorias de asfalto? ¿A la seguridad? Yo creo que no. Porque los accidentes que evitas con ellas suelen ser accidentes sin graves consecuencias. Solo se me ocurren dos accidentes que tal vez habrían sido menos serios con una escapatoria de asfalto, que son el de Burti en 2001 en Spa y el de Kovalainen en 2008 en Barcelona. Ambos accidentes tienen en común que el coche se va recto sin control y acaba empotrado en las barreras de neumáticos. Con asfalto, al tener mayor fricción entre el neumático y el suelo, la deceleración antes del golpe sería mayor, y la severidad de este sería menor. Aunque también es cierto que se han mejorado mucho las barreras de protección desde entonces, para evitar justamente que el piloto se entierre debajo de los neumáticos.
No recuerdo más accidentes de gravedad que hubieran sido menos graves con una escapatoria de asfalto. Entonces, ¿quién se favorece de las escapatorias de asfalto? Únicamente los pilotos. Lo que hacen es aumentar el margen de error en el pilotaje. Hacen que los errores que antaño te costaban una carrera no solo no te cuesten casi nada, sino que puedas incluso salir ganando y mejorar aún más los tiempos. Y luego aún nos vienen con medidas de "seguridad" para que los coches sean más lentos. Es decir, que estamos restando importancia al piloto y a su capacidad para acercarse a los límites sin pasarlos. Con las escapatorias de asfalto puedes superar unos límites que antes te costaban la carrera.
En último término, estamos dando más importancia a permitir que los pilotos superen los límites que a la seguridad de los propios pilotos. Sí, ¿que un accidente como este pasa una vez cada 20 años? Sí, las probabilidades de un golpe como este son muy bajas. Pero, en primer lugar, es evitable. Y en segundo lugar, es evitable si se toma una medida que no solo mejora la seguridad ante casos como este, sino que hace que los pilotos tengan que medir mucho mejor y pensárselo dos veces antes de asumir un riesgo al tomar una curva. Es uno de los grandes problemas que tiene la actual Fórmula 1. Que parece que, cada vez más, se quiere convertir en el iRacing. Que el factor riesgo cuente menos y que esto sea un espectáculo donde tus acciones, que antaño te podían costar caras, no tengan consecuencias para tí ni importancia alguna. La Fórmula 1 cada vez merece menos que se le llame Fórmula 1, simplemente por respeto a lo que un día llegó a ser, la máxima expresión del automovilismo mundial.
Esto ha sido una reflexión sin pensar mucho, sin una redacción muy exquisita, pero es el reflejo de lo que pienso tras los hechos del pasado sábado. Lamento mucho lo ocurrido, pero espero que sirva como un toque de atención sobre este tema, que ya lo vengo denunciando desde 2009. El archivo del blog lo registra.
Un saludo a todos.
miércoles, 4 de septiembre de 2019
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